EL APUREÑO QUE APORTÓ SUS MARACAS A LOS ROLLING STONES.
En el año 1966, el desempleo se sintió mucho en Cunaviche, hogar de Jaime Martínez, un peón venezolano, amante del joropo y poseedor de una maestría innata para tocar las maracas.
A los 23 años, partió a Puerto La Cruz para trabajar en el muelle. Un día decide irse de polizón en un barco que iba a Europa y llega a Londres.
Pasó días de hambre y frío, arrepentido de su decisión. Una noche, muy fría se refugió en el ático de un teatro.
Cuando dormía, le despertó una música, algo que nunca había escuchado. Era Rock & Roll. Eran los Rolling Stones ensayando el material del álbum Beggar´s Banquet. La canción que sonaba era “Simpathy for the devil”
Jaime no podía entender lo que oía, pero la música era rítmica y le provocaba bailar, aplaudir al ritmo de la canción, comenzó a tocar sus maracas.
La acústica del teatro llevó el sonido de las maracas hasta el escenario.
Mick Jagger impresionado y fascinado con las maracas, le pidió a Jaime que las tocara una y otra vez.
La banda le dio a Jaime techo, comida y ropa. Después fue llevado al estudio de grabación y las maracas que oímos en la introducción de Simpathy son tocadas por él. En los créditos del álbum se le dio una versión inglesa de su nombre : James Martins.
Un mes después de esa noche en el teatro, Jaime Martínez estaba camino a Venezuela.
Los Stones pagaron su regreso y le dieron una cantidad de dinero, suficiente como para que Jaime pudiera buscar una casa propia y montar su negocio.
Las maracas se convirtieron en uno de los instrumentos preferidos de Jagger, quien aprendió a tocarlas de Jaime.
Ahora, la próxima vez que escuches “Simpathy for the devil” recuerda con orgullo que esas maracas que suenan las toca un venezolano… un llanero.
Oscar Santana
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